martes, marzo 01, 2005

El periodismo en la Red


Ya viene a ser un tema manido el de la repercusión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el trabajo periodístico. Es sabido y reconocido por todos, aunque pocos saben aún cómo se concretará ese impacto en el negocio mediático y cómo responderán las empresas, aunque veamos algunos intentos, como el de El País, secundado por otros diarios, que proporciona por la Red el servicio de Documentación a la vez que el acceso a los contenidos publicados.

Lo que es indudable, y reiterativo en cuantos estudios se publican últimamente, es que las noticias son el tercer recurso más consultado en Internet. Aún es más, un informe de Belden Associates refleja que en un solo año el porcentaje de entrevistados que leen periódicos en Internet y que han dejado de comprar periódicos en papel ha pasado del 14% al 20%. La Fundación Auna cifra en 2,6 millones de personas las que leen periódicos en Internet. Es decir, con una simple multiplicación obtenemos que existe un mercado exclusivo de consulta de periódicos en Internet superior al medio millón de personas, de las que, posiblemente, una buena parte pagaría si el producto realmente atendiera a sus necesidades. Es decir, salvo que el mercado diga lo contrario, no creo que exista un volumen suficiente de clientes dispuestos a pagar por contenidos que circulan libremente en la Red. Hace falta más.

Incluso como empresas, los medios se han visto fuertemente influenciados por la red de redes incluso en la configuración de sus secciones. Hoy no tiene sentido el clásico comentario de Bolsa de hace unos años, donde se reproducía lo que había sucedido en el parqué el día anterior. Hoy lo conocemos al instante. Los sucesos del 11 de septiembre o de la guerra de Irak han puesto en evidencia las enormes limitaciones del formato papel y parecen decantarlo por un periodismo de calidad y análisis para el que muchos periódicos no se encuentran preparados. Y hay que reconocer que el público de ese posible nuevo formato será, con toda posibilidad, radicalmente distinto al actual.

Desde un punto de vista de organización del trabajo, los propios periodistas han reconocido que utilizan Internet como fuente en casi la mitad de los casos, y el 90 por ciento de los comprendidos entre los 30 y los 40 años lo consideran imprescindible para su trabajo. Son datos obtenidos de la profesión en Europa y recogidos por Deloitte and Touche.

Internet exige un planteamiento interactivo, personalizado (ojo con todo el alcance de esta palabra tan manida), donde no existen límites de espacio, tiempo o formato a la noticia, frente a las limitaciones propias del papel, que ha de competir con un diseño claramente diferenciado respecto a lo que se puede obtener en Internet.

De hecho, los lectores por Internet ni siquiera son fieles a la cabecera. Navegan entre medios en función de sus propios hábitos y demandas. Así, Expansióndirecto alcanza su máximo de visitas en torno a las siete de la tarde; Cinco Días, sobre las diez de la mañana; el As, sobre las cinco de la tarde y el Marca, entre las siete y las ocho, aunque con niveles muy altos a partir de las seis de la tarde. Cada lector tiene un hábito de lectura y navegación en Internet. Definir ese hábito en estadísticas medias por segmentos de población permitiría ofertar contenidos acordes con públicos a los que dibujar personal y psicológicamente: quizá un directivo medio que trabaja desde las 9 hasta las 5 de la tarde, en una ciudad superior a 250.000 habitantes, que lee el Expansióndirecto.com y luego realiza la consulta de sus cuentas, que accede a un boletín de carácter profesional, y suele buscar en algún buscador si encuentra trabajos sobre alguna temática profesional determinada. Dibujando un destinatario de nuestra comunicación, podremos hacer un producto acorde con sus hábitos y preferencias. Aún más, podremos personalizarlo, porque, antes de conectarse, le habremos pedido que se defina en función de una serie de parámetros que configurarán el producto que vaya a arrancar en su ordenador.

Si embargo, las empresas todavía trabajan con perspectivas de emisor. Vamos a colgar nuestra información en abierto, vamos a poner la memoria, vamos a abrir una página de consultas frecuentes, vamos a... Una óptica que es exactamente la contraria a: nuestro público nos pregunta por servicios de documentación, nuestros productos X e Y, el precio de nuestra publicación Z, qué proyectos tenemos para el futuro o por un foro de debate con personalidades de nuestra áreas, incluyendo directivos funcionales. Si nuestro público lee Expansión Directo, pongámosle el acceso al periódico; si es un profesional médico, démosle acceso a documentos, noticias, etc., de carácter médico que estén en red; y siempre vendámosle nuestras noticias, nuestros documentos, nuestros accesos, configurando una relación estable y fiel con los empleados que están al otro lado de la línea telefónica. Si me envía un correo a las ocho de la tarde, porque es la hora que más visitas tenemos, tengamos a alguien contestando de forma inmediata. Servicio, servicio y servicio, y todo con un modelo de negocio que prime la relación y la calidad sobre la plataforma. En Red el servicio es más importante que el diseño, la respuesta más que la pregunta, el cliente más que la empresa.

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