De todos son conocidos los chistes y anécdotas que ilustran lo que es el rumor y, fundamentalmente, el proceso de distorsión de la información a medida que se difunde aquel. Sin embargo, existen estudios prácticos que difieren de esa acepción generalizada del proceso de difusión del rumor. Me voy a referir, en concreto, al trabajo de Schachter y Burdick, que parte de los presupuestos básicos de Allport, Postman, Festinger y Cartwright en torno a las dos condiciones básicas para la difusión de un rumor: la importancia del tema para la población interesada y su ambigüedad. A mayores, en el rumor se evidencia como en ningún otro proceso comunicativo la trascendencia de la posesión de la información por parte del emisor y la unidireccionalidad del proceso: el rumor se comunica en cadena y el emisor cree que tiene información en "exclusiva".
Estas características del rumor revelan también sus puntos débiles: para atacarlo, por ejemplo, hay que hacerlo sobre la ambigüedad de su contenido en la población afectada, sobre la "privacidad" de la posesión de esa información y creando o usando redes de comunicación multidireccionales.
Schachter y Burdick realizaron un experimento en seis clases de alumnas de un colegio femenino, que dividieron en tres grupos de dos aulas cada uno, variando la relación "inclaridad (ambigüedad) cognoscitiva--rumor". En un primer grupo se manipuló la inclaridad y se implantó un rumor. Le llamaremos grupo A. En un segundo grupo, se actuó sobre la inclaridad pero no se implantó rumor alguno. Será el grupo B. En el tercero, sólo se implantó el rumor. Será el C.
Tanto la manipulación de la ambigüedad cognoscitiva como el rumor, como cabe suponer, eran los mismos en los tres grupos. Los resultados observados fueron los siguientes:
La difusión del rumor fue similar en los tres grupos; incluso en el grupo C se conocía la circunstancia que produjera la ambigüedad cognoscitiva en los otros grupos (esto era que unas niñas habían sido sacadas de su clase a primera hora de la mañana).
Las niñas de los grupos A y B generaron muchos "nuevos" rumores, cosa que no hicieron en el grupo C. De ahí la importancia de la ambigüedad como elemento básico del rumor.
Las niñas de los grupos A y B difundieron el rumor en un número aproximado de más de dos veces el número de las niñas del grupo C. A mayor ambigüedad, mayor caldo de cultivo para la propagación del rumor y la creación de nuevos rumores.- Las niñas amigas y enemigas de aquellas que protagonizaban la inclaridad cognoscitiva difundían más rumores "nuevos" que las que no las conocían. El círculo más próximo a los protagonistas del rumor es, precisamente, el que más rumores difunde.
Las niñas amigas difundían nuevos rumores de carácter favorable a las niñas afectadas, y las enemigas, de carácter desfavorable. Es decir, si se ve afectado por un rumor, tenga la habilidad de aislarse del círculo de sus enemigos y combatirlos con sus amigos.
Curiosamente, la distorsión del rumor implantado apenas se percibió en todo el experimento en los tres grupos, cosa que se intentó explicar a través de la teoría de Caplow de la "compensación" de las variaciones en los rumores, y de la "exclusión" de las personas con escasa credibilidad, ambos elementos como directamente relacionados con la probabilidad de distorsión.
Las conclusiones del experimento, como pueden ver, son ilustrativas de las formas de actuar en caso de pretender atajar un rumor, y sirven de excelente preámbulo para el desarrollo de nuevos experimentos, fundamentalmente en el área de la distorsión del rumor.
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