Repaso con suma atención una colección de artículos compilados por Alfred Smith y editados en Buenos Aires hace ya un cuarto de siglo. Todos los artículos se refieren al influjo de la Comunicación en las organizaciones y, entre otros muchos, hay autores muy conocidos, como Leavitt, Herbet Simon, Rosenberg, Bavelas, etc.
Son de gran interés, principalmente en lo que atañe a las conclusiones obtenidas tras la realización de experimentos prácticos en torno a las distintas variables de la comunicación en las organizaciones. Pero, sobre todo, inciden en un mundo que hoy, veinticinco años después, sigue siendo totalmente desconocido entre quienes dirigen la función de la comunicación organizacional en nuestro país.
Me voy a referir en este artículo al trabajo de Simon y Guetzlow sobre el influjo de las redes de comunicación sobre la organización y el desempeño en los grupos orientados hacia la tarea, que partió a su vez del trabajo realizado por Bavelas, Smith y Leavitt sobre el efecto de las pautas de comunicación en el funcionamiento de los grupos, en el que se había "troceado" la información entre los diferentes miembros de un grupo, que después deberían reunirla para tomar finalmente una decisión.
No voy a entrar en el caso práctico diseñado por los dos autores, pero sí me voy a referir a sus interesantísimas conclusiones.
En primer lugar, la evidencia de que las restricciones comunicativas no influyen directamente sobre el desempeño de las tareas. Aún más, las redes en rueda (dos niveles jerárquicos, más altas restricciones de comunicación y un puesto líder), se organizan antes que otras redes con menores restricciones comunicativas y desarrollan sus tareas, al menos en un primer momento, en más breves plazos de tiempo. Y para mayor abundamiento, una de las causas de la dificultad en la organización de otras redes con menos restricciones comunicativas radica precisamente en el esfuerzo que deben realizar para desechar canales de comunicación que potencialmente tienen a su servicio.
En segundo lugar, los grupos que implican tres niveles jerárquicos eran más lentos que los grupos con dos niveles, pero los grupos multicanales (cada miembro puede comunicarse con todos los restantes), a medida que avanzan en "experiencia" en la resolución de problemas, se equiparan en velocidad a los grupos en rueda. De esta forma, esos grupos se organizan más lentamente que los de rueda, pero llegan a un desempeño óptimo al cabo de un cierto número de pruebas. De aquí la importancia de no desechar este tipo de estructuras por su complejidad de organización a corto plazo.
Y en tercer lugar, el número promedio de mensajes totales intercambiados para la resolución de la tarea, en una red en círculo (puestos simétricos en sus posiciones, tres niveles jerárquicos) era de 389 mensajes, frente a los 177 de una red en rueda. Es decir, a mayor complejidad organizativa, mayor número de mensajes necesarios para la resolución de una tarea.
Los autores concluyen a la luz de estos experimentos: "Los hallazgos son, para el experto en comunicaciones prácticas que trabaja en la industria o en el gobierno, una advertencia en el sentido de que un cambio en la estructura de las comunicaciones puede tener consecuencias muy diferentes sobre la eficiencia de la organización para manejar los cambios que se producen en su propia estructura".
Es decir, los cambios de comunicación interna de una organización afectan a su eficiencia.
Para aquellos interesados en el tema, les propongo el estudio de unas cuantas organizaciones de una sector cualquiera para ver cómo se relacionan sus redes de comunicación interna y sus niveles de eficiencia organizativa. Quizá de la simple comparación podamos ya extraer más conclusiones.
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