Recibo la alegre noticia de que mi buen amigo Luis Gallardo ha sido designado nuevo director mundial de Comunicación de Deloitte, con despacho en Nueva York. Me alegra, pero no me sorprende. Sé de su capacidad de trabajo y de la originalidad e innovación de alguno de sus proyectos en el seno de la compañía, que él mismo me explicó un día en el Hotel Palace en Madrid. Proyectos que fueron magníficamente acogidos y desarrollados por un equipo realmente bueno, de esos ante los que te quitas el sombrero, y que en buena manera caminaban paralelos al desarrollo de mi propia investigación doctoral. De ahí mi interés por su trabajo, que comenzó hace años, cuando ambos coincidimos como ponentes en un congreso de comunicación en Madrid, y que mantuve a lo largo de todo este tiempo.
Por lo demás, Luis es un ejemplo de que en España se saben hacer las cosas bien cuando al talento de un profesional bien formado se le suma el apoyo de una organización convencida de lo que se puede llegar a hacer en Comunicación.
A su maestro, Goyo Panadero, que ahora recala de nuevo como dircom en España, muchos lo tenemos en mente con el magnífico trabajo realizado en una crisis como la de la torre Windsor, un ejemplo de manual de cómo se gestiona un conflicto de tal envergadura. Aún tengo en la mirada el flash de su salida ante cámaras, en camisa, y ligeramente apoyado sobre la mesa de trabajo, dando una sensación de control absoluta sobre las llamas, los papeles de los clientes y el primer desconcierto de los propios empleados. Y aún me asombro cuando recuerdo el discurso del presidente ante su personal reunido en Madrid a primera hora del día siguiente, lunes, tanto como la oficina de crisis montada en New York para atender a los periodistas españoles. Un ejemplo de rapidez, innovación, originalidad y capacidad de decisión.
Pero también ahí queda el trabajo desarrollado en gestión del conocimiento, con Tena y compañía en la búsqueda de un sistema de indicadores perfectamente adaptado a sus necesidades.
Mi enhorabuena.
Por lo demás, Luis es un ejemplo de que en España se saben hacer las cosas bien cuando al talento de un profesional bien formado se le suma el apoyo de una organización convencida de lo que se puede llegar a hacer en Comunicación.
A su maestro, Goyo Panadero, que ahora recala de nuevo como dircom en España, muchos lo tenemos en mente con el magnífico trabajo realizado en una crisis como la de la torre Windsor, un ejemplo de manual de cómo se gestiona un conflicto de tal envergadura. Aún tengo en la mirada el flash de su salida ante cámaras, en camisa, y ligeramente apoyado sobre la mesa de trabajo, dando una sensación de control absoluta sobre las llamas, los papeles de los clientes y el primer desconcierto de los propios empleados. Y aún me asombro cuando recuerdo el discurso del presidente ante su personal reunido en Madrid a primera hora del día siguiente, lunes, tanto como la oficina de crisis montada en New York para atender a los periodistas españoles. Un ejemplo de rapidez, innovación, originalidad y capacidad de decisión.
Pero también ahí queda el trabajo desarrollado en gestión del conocimiento, con Tena y compañía en la búsqueda de un sistema de indicadores perfectamente adaptado a sus necesidades.
Mi enhorabuena.
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