sábado, junio 27, 2009

El poder de la palabra

Malmberg nos abrió los ojos hace años cuando ejemplificó las formas en que las palabras podían cambiar el significado de las cosas. El lingüista sueco definía esa capacidad de transformar la realidad y de engañarnos como ‘el poder de la lengua’, tan importante como el poder de los medios.

Ahora, tras las fraudulentas elecciones iraníes, los defensores de las nuevas tecnologías hablan del éxito de Twitter como instrumento de comunicación. Pero no fue Twitter quien nos ha dado las imágenes de la mujer con el corazón destrozado, abatida en la calle por un francotirador, ni la mayoría de la información que está sirviendo para conformar la opinión pública nuestra, la occidental, sino los medios tradicionales como el teléfono, los periódicos o un sistema de distribución de vídeos como YouTube.

No hace mucho los medios utilizaban teletipos, y a nadie se le hubiera ocurrido intentar ensalzar la ‘revolución’ de los teletipos. Ahora se coge al rábano por los bits. He intentado en alguna ocasión seguir un acontecimiento mediante Twitter, que algunos medios han utilizado como forma innovadora de comunicar con sus lectores. Me ha parecido insoportable, como construir un puzle de frases bajo una cascada de palabras. Sólo corroboré que lo importante no es el medio, sino la información que transmite. Incluso que es más decisiva la construcción del relato.

En la época de las nuevas tecnologías, vivimos en un innegable papanatismo tecnológico que olvida que la tecnología está al servicio de un fin, y es éste el que cualifica a aquella. El periodista de ABCNews Jim Sciutto denunció hace pocas fechas el intento de falsear la información de Irán mediante Twitter. Algunos articulistas también se refirieron a este intento de manipulación, pero todos los días hay organizaciones que operan en Internet utilizando el poder de la palabra, diciéndonos medias verdades que no podemos contrastar con certeza.

Aquí en Galicia, Murado hablaba también de la excelente estrategia de marketing de estos nuevos instrumentos digitales. Sin embargo, algunos de los nuevos paladines digitales andan obstinadamente dándole al martillo pilón como si los canales fueran los nuevos profetas de la realidad. Y el canal, sin contenido, es nada.

martes, junio 23, 2009

¿El fin del papel?

El ebook es una innovación tecnológica que permite dos cosas para mí destacadas: por un lado, la universalización de la cultura, temporal y espacialmente. La cultura occidental ha sido –y aún lo es- la cultura del libro en papel. Desde la Biblioteca de Alejandría, la transmisión del conocimiento se realiza mediante soportes físicos sobre los que se perpetúa el lenguaje, ya sea pergamino, cuevas paleolíticas o la celulosa. Con la digitalización e Internet, el nuevo soporte es el papel electrónico que se universaliza mediante la red y que se puede leer en nuevas herramientas como son las PDA.

Si el tiempo histórico se puede condensar en miles de páginas electrónicas, el espacio desaparece. Ahora las bibliotecas son los servidores, una red intercomunicada a la que podemos acceder desde cualquier sitio, ya sea tu casa ya la sala de un aeropuerto en el que tienes que pasar el tiempo esperando el siguiente vuelo.

Por otro lado, junto a la rotura de las fronteras espaciales y temporales en la moderna universalización de la cultura, el ebook permite enormes economías. Ahora, millones de libros puedes almacenarse en pequeños espacios, a los que puedes acceder desde distancias inmensas. Es una democratización del saber y del conocimiento.

Pero todo ello debe convivir con la protección de los derechos de los creadores. Es la única garantía para una obra de calidad. Como cualquier artista, creador o innovador, el conocimiento debe ser protegido, y los derechos de los autores deben ser inequívocamente defendidos incluso en el mundo digital.

Otro punto a tener en cuenta es el del papel de los medios. A pesar de las disputas entre defensores de Internet y defensores del modelo tradicional de los medios, creo que la solución no estará ni en unos ni en otros. Pero de lo que no me cabe la menor duda es que de que saldrá de la industria, pues son los objetivos económicos los que buscan las soluciones por pura necesidad básica de supervivencia. Mas posiblemente no será el papel, como tampoco los blogs como hoy los conocemos, los que ocupen el lugar de los nuevos medios. La tecnología está ya aquí, sí, pero el modelo no. Siempre nos hemos olvidado del papel que tienen los creadores en la industria del conocimiento, y ese papel es imperecedero. Lo era antes de la imprenta y después de la imprenta; lo será antes de Internet y después de Internet.

lunes, junio 22, 2009

Convocado el premio Pérez Lugín

La Asociación de la Prensa de La Coruña (APC) ha convocado una nueva edición del premio Alejandro Pérez Lugín, dotado con tres mil euros. En esta ocasión el tema del certamen versa sobre la 'Torre de Hércules: patrimonio de la humanidad'.

Podrán participar cuantas personas lo deseen, con la salvedad de que cada concursante sólo podrá presentar un trabajo encuadrado en cualquier género periodístico, inédito y escrito indistintamente en en gallego o en castellano, con una extensión máxima de tres folios o 5.100 caracteres.

El plazo de presentación de originales finaliza el próximo día 30 de noviembre.

martes, junio 16, 2009

A las puertas del verano

Retomo la actividad diaria tras esta pausa de exámenes. En la mesa se me han acumulado las lecturas, que iré despoblando a medida que pueda: el segundo número de la revista Communication Directors, el estudio de la Universidad Austral y Estudio de Comunicación sobre 'Periodistas y empresas', la casi olvidada recopilación de las ponencias del II Congreso de Relaciones Públicas... Y, por supuesto, aún me queda por contestar una consulta sobre los e-books, y quitarme de encima el artículo comprometido para la semana. Mientras, comparto algún que otro café con conocidos de agencias, que me confirman la profunda crisis que están atravesando, y que contrasta con el optimismo de otros sobre la inversión en Internet.

A mediados del año pasado, Infoadex constataba que la inversión publicitaria en los medios tradicionales bajaba un 4,1 por ciento. Internet, por su parte, ocupaba la sexta posición en el ranking de medios con un índice de crecimiento mayor que el de los medios tradicionales: 55,4% interanual. Los datos son incontestables, pero hay que manejarlos con prudencia y espíritu crítico.

Primero, porque los datos siempre reflejan un momento temporal, y sólo la sucesión de fotografías es la que da la imagen del proceso. Por ejemplo, en el actual contexto de recesión y control de costes en las empresas, la inversión publicitaria es la primera de las variables afectadas. La imagen de un año, o de varios, puede perder sentido en plazos temporales más amplios.

Y segundo, porque si la información de un subsector se relaciona con el sector en su conjunto, puede adquirir nuevos significados. Suele suceder, por ejemplo, en subsectores con amplísimos crecimientos, pero con bases muy pequeñas. Crecer 2 cuando la base es cuatro, es crecer un 50%, pero en un conjunto de 100, 6 es ridículo. Los datos del subsector te dirían que se pasó de 4 a 6, con un crecimiento del 50%. Pero en relación al sector, donde se manejan 100, 6 es un pedacito de pan. Y además, a medida que va creciendo la base, los porcentajes se reducen considerablemente.

Es pura matemática. ¿Nunca se preguntan por qué en cada oleada de EGM todos los medios ganan? Porque las variables se manejan según lo que se quiera vender en cada momento. Sólo de la totalidad se quita la fotografía correcta.